Como cualquier persona que empieza con el sistema BuJo he pasado por un proceso de adaptación tanto, en mi forma de trabajar como en el uso de mis BuJos.
Un día, mientras leía sobre métodos de organización personal llegué a este universo y me decidí a probarlo. Como con cualquier tema que me llama la atención, “devoré” toda la información que pasaba por mi navegador y, fascinada por la cantidad de obras de arte que encontré en Internet, intenté implementarlo todo en mi sistema. Por supuesto, con el tiempo, me di cuenta que muchas de las listas y tiempo dedicado a dejar un cuaderno bonito no me aportaba lo suficiente para el uso que quería darle. Así que, simplifiqué, reestructuré, diversifiqué en varios cuadernos (dependiendo del uso que le vaya a dar tengo los siguientes cuadernos: día a día, ocurrencias, estudios, proyectos…) y, reflexioné sobre los beneficios que me ha reportado este sistema. Mis BuJos me han aportado los siguientes beneficios:
- Adquirir y eliminar hábitos. Ha sido decisivo a la hora de poder conseguir algunas de mis rutinas actuales, mantener una lista de hábitos y alguna frase motivadora diariamente.
- Mejorar la estimación de tiempos para realizar cualquier tarea. Gracias al spread semanal y la revisión que realizo durante el fin de semana he podido afinar las estimaciones de tiempo que he asignado a mis tareas.
- Aumentar mi productividad. Aunque venía de utilizar GTD para mi organización personal, y sigo utilizando, con BuJo he definido una serie de spreads que me ayudan a conocer el estado de mis tareas de un vistazo.
- Ni precioso, ni perfecto…. lo que necesito es que sea útil. Para ello, sólo necesito que la estructura de las páginas me den la información que necesito en cada momento. Muchas veces utilizo algún adorno o dibujo algo, pero no lo considero una obligación.
- No tengo que seguir a rajatabla el sistema. Actualmente, mi BuJo de diario, no tiene índice. Utilizo un cuaderno de anillas y lo tengo dividido con separadores para identificar la semana actual, las listas, etcétera. De esta forma, sólo tengo que añadir hojas según las necesidades de cada momento.
- Flexibilidad. Cada día es distinto y, por tanto, la lista o sección que ayer me funcionaba perfectamente hoy ha dejado de hacerlo. La ventaja de haber utilizado varias disposiciones en las páginas es que cada vez resulta más sencillo cual es la que más se adecúa a mis necesidades.
- Equilibrio entre las herramientas digitales y analógicas. Dedico un gran número de horas delante de un ordenador y, por supuesto, no voy a renunciar a algunas aplicaciones para estructurar muchas de las tareas que realizo. Sin embargo, poder organizar muchas de mis actividades escribiéndolas a mano me aporta rapidez, aumenta mi memoria y mi imaginación.
En definitiva, para mí el sistema Bullet Journal, ha supuesto un nuevo enfoque para poder planificar, aprender de mi día a día y que se va retroalimentando gracias a la flexibilidad que ofrece. Y para ti, ¿qué beneficios te ofrece este sistema?