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Experimentos en mi BuJo: Morning Pages

Las morning pages o páginas matutinas es una técnica que propuso Julia Cameron en su libro “El camino del Artista” como una forma de escribir sin censuras “para que cada uno se permita a sí mismo ser creativo” y poder superar los bloqueos que cualquiera puede tener en un momento determinado.

¿Cómo realizar la técnica morning page?

La teoría es muy sencilla: sólo tienes que escribir 3 páginas nada más despertarte con lo primero que se te pase por la cabeza, unas 750 palabras. Sólo hay que dejar que tu mano vaya pintando palabras en una hoja y aunque puedan aparecer palabras o frases inconexas, eso no importa, no es un examen, no existe una forma de escribirlas bien o mal. Lo único que hay que hacer es reservar unos 20 minutos cuando te levantas y tener una hoja y un bolígrafo para que nuestra mente, que todavía no se ha despertado del todo, vuelque tanto lo que sabemos como lo que no queremos saber de nosotros mismos.

En cuanto acabes de escribirlas, debes guardar esas páginas en un sobre y no puedes volver a leerlas hasta 8 semanas después.

La realidad es que, dependiendo de cada persona, eso puede resultar una tarea muy sencilla o lo más difícil del mundo. Todo depende de la facilidad que uno tenga para darse permiso y escribir lo que en el fondo uno piensa, porque ya sea por el entorno o lo que le ha sido inculcado desde niño, en la mayoría de los casos, el mayor crítico que existe es uno mismo. Y esa es una de las causas por las que recomienda escribir a primera hora, porque es el momento en el que ese pequeño o gran censor todavía no se ha despertado del todo.

Ventajas de las morning pages

Además de la propuesta de Julia Cameron a ese bloqueo artístico y encontrar la creatividad perdida. He encontrado otros usos que pueden ayudarte en tu día a día:

  • Identificar circunstancias que te preocupan, molestan, asustan o te provocan cualquier sentimiento del cual no eres consciente pero está ahí.
  • Encontrar otros enfoques a proyectos que tienes entre manos.
  • Concienciarte de qué cosas quieres hacer y cuales no realmente.
  • Conocer tus necesidades.
  • Solucionar problemas.

Y seguro que hay muchas más y cada uno puede sacarle provecho de alguna forma a esta técnica.

Cómo lo utilizo

No escribo todos los días, porque personalmente, no es una técnica que creo necesitar de forma normal. Sin embargo, sí que he visto grandes resultados cuando empiezo a notar que hay algo en mi cabeza en segundo plano que no tengo claro qué es o no tengo una respuesta y hace que pierda la concentración que tengo normalmente mientras realizo cualquier tarea.

Cuando soy consciente de esa situación es el momento de dedicar unos minutos nada más levantarme, sin quitarme las legañas y escribir en mi BuJo lo que se me ocurra. El primer día es complicado y pienso que no hay nada que decir, incluso lo escribo pero poco a poco van surgiendo esos pequeños pensamientos que lo único que hacen es ruido o esa idea que quería salir y no la dejaba o lo que necesito en cada momento. Y este ejercicio lo repito día tras día hasta que noto que ya no lo necesito más. Al acabar de escribir rompo las hojas y a la basura, porque su función ya la han cumplido.

En definitiva, esta técnica la empleo como una evolución de la expresión “voy a consultarlo con la almohada” y he podido obtener buenos resultados.

¿Qué opinas de las morning pages? ¿Dedicas alguna sección para ello? ¿Cómo lo utilizas?

2 comentarios en “Experimentos en mi BuJo: Morning Pages

  1. Gracias Saruqui, porque después de llevar toda mi vida escribiendo un “diario fantasma” leyendo tu post he descubierto cómo se llama esta afición: “mornig page”. Aunque debo matizar que en mi caso sería “today page” porque lo hago a cualquier hora del día, cuando me surge.. Desde bien pequeña, recuerdo que mis amigas tenían sus diarios con llave, tan cuques y yo no, no porque no escribiera un Diario, sino, porque no guardaba lo que escribía. Así de simple. Era plasmar todo lo que se me venía a la cabeza en ese momento y lo rompía. Y así llevo más de 35 años.. puede que más, porque ya por la época de mi Primera Comunión, recuerdo utilizar el libro de firmas para escribir mis impresiones sobre el Evento… Sí es cierto que en alguna ocasión guardo la hoja en algún sitio sabiendo que con el tiempo lo iba a encontrar y era precisamente para saber mi reacción ante lo escrito, en el momento de encontrarlo. Es cierto que montones de veces me hacía la pregunta. “¿cómo no guardas lo que escribes para saber lo que pensabas cuando lo leas en un futuro?” Pues nunca sabía responderme hasta hace no mucho (3 años aproximadamente) con la crisis de los 40 que es cuando uno empieza a tener las cosas más o menos claras y a darse cuenta de la tremenda carga que tiene encima y decide aligerarse. Ahí fue cuando me percaté del bien que me ha hecho (bueno, eso lo he sabido toda mi vida, por eso lo he hecho y lo sigo haciendo…) el escribir lo que en ese momento me ocupaba la cabeza y tirarlo, porque eliminándolo era como verdaderamente hacía desaparecer esos pensamientos que de algún modo necesitaba sacar de mi cabeza y dejarla libre para poder meter cosas más importantes en ese momento. Verdaderamente, es un ejercicio que recomiendo 100%. El guardar las cosas está bien, y si es por un corto período de tiempo, como propone este método, con objeto de ver qué efectos surte lo que escribiste un tiempo atrás, puede servir, pero si lo utilizas para descargar como hago yo, creo que lo mejor es deshacerse de ello. Bueno, pues después de este monólogo, charla y demás, simplemente darte las gracias por tus comentarios, consejos, etc, que tanto compartes con nosotros y que tan enganchada me tienen. 😀

    1. Muchísimas gracias Marisa por compartir tu experiencia 😀
      Totalmente de acuerdo en que todos tenemos sistemas que ejecutamos de forma habitual y luego encontramos que alguien le ha puesto un nombre (a mí me pasó con BuJo). Y conocer cómo se llama nos aporta un nuevo enfoque y poder buscar nuevas formas para poder mejorar nuestros métodos.
      Al igual que tú, cuando quiero soltar lastre, también tiro las hojas a la basura, no he encontrado una mejor forma de liberación por ahora 😉

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