En la mayoría de sistemas de productividad, como GTD o BuJo,o aplicación que utilices para planificar tu tiempo siempre se dedica un espacio a las tareas que tenemos que hacer. Sin embargo, son pocas las veces que realmente nos paramos a pensar las tareas que deberíamos dejar de hacer (Not-To-Do list).
¿Qué es una lista Not-To-Do?
Es el conjunto de actividades que tenemos claro que tenemos que parar de hacer para mejorar nuestro rendimiento. Es importante reconocer cuales son aquellas actividades o hábitos, a los que dedicamos un tiempo valioso pero, que realmente no nos vale para nada y no nos acerca a nuestras metas.
¿Cómo crear una lista Not-To-Do en mi BuJo?
El momento que suelo utilizar para este tipo de tareas es cuando voy a realizar la revisión semanal y, sobre todo, la mensual. Cuando estoy haciendo el seguimiento de mis proyectos, escribo las dificultades que he tenido o los cambios que he realizado para poder ajustarme a mis objetivos. Reviso las tareas y citas que tengo próximamente, y me planteo si realmente es posible cuadrarlo todo. Marco aquellas tareas de menor interés, como candidatas a la lista Not-To-Do; y finalmente, si considero que me aleja de lo que me he propuesto durante la semana, lo añado a mi lista Not-To-Do.
Además de esta lista de tareas que voy creando después de cada revisión, utilizo una lista Not-To-Do permanente para eliminar malos hábitos y que basé en el libro de Tim Ferris en el libro “La semana laboral de 4 horas”:
- No contestar llamadas de teléfonos sin identificar.
- No aceptar reuniones ni llamadas si no está claro el orden del día o la duración.
- No permitir que la gente divague.
- Revisar el email o cualquier red social, únicamente, en las horas establecidas.
- Limitar al mínimo la comunicación con los clientes que dan pocos beneficios y son muy exigentes.
- No trabajar más para afrontar una situación agobiante. Establecer prioridades.
- No estar pegado al móvil 24/7.
- El trabajo no es todo en la vida.
- Evitar el sedentarismo.
¿Qué hacer para que una lista Not-To-Do funcione?
Después de dar el gran paso de pensar y anotar qué cosas no vamos a hacer, queda lo más difícil… NO hacerlo. Sobre todo es complicado cuando afecta a viejos malos hábitos o depende de factores externos. Si veo que alguna de las tareas, a las que me he comprometido, se pone muy cuesta arriba… lo que más me ayuda es poner recordatorios que me anime a seguir con ello y me motive. Si está relacionado con formas de trabajar o el entorno, les comento o me pongo de acuerdo con ellos para facilitar estos cambios y eliminar esas obligaciones que me he creado y realmente son innecesarias.
Y tú, ¿ya has empezado a pensar en tu lista Not-To-Do? ¿Qué incluirías en ella?