Ya queda poco para que acabe este año y es el mejor momento para realizar la revisión anual (al igual que hice en verano como podéis ver aquí) y partiendo de esta base ya estoy preparada para empezar con la lista de objetivos para el año que viene.
Y sí, hablo de objetivos y no de propósitos, porque los estudios demuestran la dificultad de cumplirlos cuando sólo pensamos que son propósitos y, es que, sólo hay que leer las definiciones que propone la RAE para ver las diferencias entre uno y otro término:
- Objetivo:
- “6. m. objeto (‖ fin o intento).”
- “8. m. Mil. Punto o zona que se pretende alcanzar u ocupar como resultado de una operación militar.”
- Propósito:
- “1. m. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.”
Como puedes ver, los propósitos son esas “cosas” que a uno le gustaría hacer mientras que un objetivo es algo claro que hay que realizar, una finalidad, algo que tienes claro qué quieres conseguir.
Pasos para escribir objetivos del año que viene
- Revisa el año actual:
- Qué objetivos he logrado,
- cuáles no y qué es lo que me ha frenado (que realmente es lo que te va a ayudar para tus siguientes objetivos),
- qué has aprendido durante este año.
- Mira al futuro. Piensa cómo te gustaría que fuera tu yo del futuro y escribe todo lo que te gustaría ser dentro de x años. Es el momento de soñar y apuntar todo lo que se te pase por la cabeza.
- Conecta tu pasado y tu futuro. Conociendo las dificultades que has tenido y qué es importante para ti más adelante, ya estás preparado para pensar cuáles son los objetivos que tienes que cumplir para lograr esas metas que has escrito previamente. Por tanto,
- Escribe tus objetivos.
- Detállalos con el método S.M.A.R.T.
- Defínelos de forma positiva (tu cerebro interpreta de forma distinta “quiero dejar de fumar” a “quiero tener una vida más sana”.
- Intenta que estos objetivos dependan únicamente de ti.
- Escribe cada objetivo de forma asertiva y repitelo para que tu mente se lo crea. No hay hueco para frases que empiecen con “estaría bien si…” o “quizá podría…”.
- No escribas muchos objetivos para no frustarte (ya dice el refrán que “el que mucho abarca poco aprieta”).
- Desgrana esos objetivos en mini-objetivos a corto plazo (entre 1 y 3 meses) para poder revisar cada poco tiempo si lo vas consiguiendo.
- Indica la prioridad que vas a dar a cada uno de forma diaria, semanal o mensual.
- Escribe tus objetivos.
¿Cómo implementarlo en tu BuJo?
Dependiendo de la forma de pensar de cada uno le resultará más sencillo una de las siguientes formas (o mezcla de ellas) para representar los objetivos:
- Crear una lista de tareas y logros por cada gran objetivo y periodo marcado para conseguirlo.
- Utilizar mapas visuales en un primer momento por grandes objetivos y que vayan explotando hacia tareas más abarcables. Posteriormente definir los mapas organizados por tiempo.
- Dibujar todo lo que quieres conseguir para poder sentir con un vistazo por lo que quieres luchar y establecer una lista de tareas asociada a cada uno de los dibujos.
Lo importante, es que tengas claro qué es lo que quieres conseguir y por qué. Para que nunca se te olvide, no hay nada mejor que llevarlo apuntado en tu BuJo; de esta forma podrás recordar en todo momento por qué haces las cosas y estar cada día más cerca de ellas.
Y tú, ¿cómo guardas tus objetivos en tu BuJo?